sábado, 29 de mayo de 2010

Como veo que estoy tardando mucho...

He pensado en poner aquí mi primer...capítulo si se puede llamar así...:

-¡Vamos, despierta, cariño!-escuché.
Yo tenía sueño, mucho sueño. La verdad es que no debería haberme acostado tan tarde...vaya, ya hasta me llama «cariño». En realidad aún no me había acostumbrado a que otra persona que no fuese Hannah me lo diga. Pero lo de Hannah ya estaba acabado, del todo. Aunque no se cómo me había recuperado tan pronto de esta ruptura. Sólo había pasado un mes, o menos, no sé, no llevaba la cuenta. Realmente, mi vida había cambiado por completo, para bien o para mal, éso aún no lo sabía; aunque la verdad es que esta nueva vida prometía ser mejor aún que la anterior: Ahora vivía cerca de un importante restaurante mago, en un barrio muy seleceto a las afueras de Londres. Sí, estaba bastante mejor que mi antigua casa, aunque mi vivienda en «Cabeza de Puerco» no era un hándicap muy alto. En mi actual casa ya no escuchaba los ruidos, ni insultos de magos borrachos ni risas de otros. Aunque «Cabeza de Puerco» nunca había sido un bar con gran afluencia, en los últimos años, desde que Hannah había cogido el mando de éste, se podría decir que le hacía algo de competencia a «Las Tres Escobas». 
Joanne era auror, y se podía permitir estos lujos. Es más, trabajaba en el mismo departamento que Harry, por lo que le veía bastante frecuentemente, una o dos veces por semana, al igual que a Ron, Ginny y Hermione. A veces incluso íbamos a ver a Ginny jugar al Quidditch; hasta estaba empezando a hacerme fan de «Las Harpías de Holyhead», club donde militaba. Pero, por lo general, desde que había dejado Hogwarts, no me interesaba demasiado este deporte. Me gustaban más otros deportes muggles ¡No sabía que existiese un deporte tan emocionante como el baloncesto! Siempre había pensado que los muggles eran unos aburridos, ¡pero ver jugar a los San Antonio Spurs es flipante! 
Esa misma noche anterior había estado con Harry y los demás. A quien no veía tanto era a Luna. Hacía unos ocho o nueve años que no sabía nada de ella. Pero no me extrañaba mucho: se mudó a Alemania en cuanto tuvo dinero suficiente, a un pequeño núcleo de magos que ella conocía, ya que su tío... Gaberth creo que se llamaba, vivía allí. Decía que quería demostrar que existían los snorckack de asta arrugada, y que allí los había a miles... cosas de Luna. A Dean, Seamus y los demás la última vez que los vi tenían diecisiete años, estaban luchando por Hogwarts. Si habían muerto allí o no, no lo sabía, pero era improbable, pues al fin de la «Batalla de Hogwarts» se había heco un recuento de los cadáveres y no se encontraban entre ellos; si bien es que el «Bosque Prohibido» era muy grande, y muchas eran las criaturas que que vivían en el a las que no les importaría cenarse un par de jóvenes magos después de presenciar una emocionante y épica batalla, y más aún si sus víctimas no oponían resistencia alguna...
-¡Pero bueno! ¿Estás despierto o no?- me preguntó esa misma voz femenina a la cual ya había identificado como la de Joanne, mi nueva pareja.
Joanne era guapa, tenía un buen trabajo, dinero, era responsable y organizada, y era encantadora. En resumen, estaba fellicísimo con ella. A veces, cuando miro su delicada y pálida tez y, por las noches, contemplo sus penetrantes pero etéreos ojos, tan deliciosos; y pierdo mis manos por su larga cabellera morena, cuando se viste con ese pijama azul que tan bien le sienta, que resalta sus bellísimas caderas, su cuerpo...ese pijama que está roto de tantos años de uso por el mejor sitio posible, justo para contemplar parte de su sensual y blanco cuerpo, como la nieve, pero del cual emana un calor similar al de una olla con aceite hirviendo, ese cuero que es  tan apetecible como un buen chocolate... En esos momentos pienso que soy el hombre más afortunado del mundo. Más que Terry Bott, ese Terry Bott que me dejó una vez sin corazón al robarme a la mujer que más amaba...¡que se zurza ahora Terry Bott, que tiene que soportar el ruido de un insoportable bar, cuya propietaria es su mujer, una mujer histérica, fofa, mentirosa y traidora! Porque yo estaba ahora con Joanne, con quien ojalá estuviese todo lo que me resta de vida y con quien quería tener mil y un hijos si hiciese falta... Con Joanne, la mujer de mi vida.
Ahora tú pon el tuyo Sergio, que ya lo quiero leer, ¿no? Por cierto, felicidades por el premio, que se me olvidó... :P
BSS!
PD: Sí, he modificado el principio, siempre modifico muuuchas cosas en mis libros XD

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